Guía no definitiva para la innovación

 Guía no definitiva para la innovación

Como una puerta hacia nuevos productos, mercados, negocios, públicos y oportunidades, la innovación se ha convertido en el objeto de deseo de muchas empresas. Sin embargo, la dificultad yace en que no todos saben cómo acceder a este mundo de “novedades” y, con más de una llave para abrir esta cerradura, no son pocos quienes se pierden en esta gran búsqueda.

Pero, ¿qué es innovar exactamente? De acuerdo al DRAE, innovar está resumido en “mudar o alterar algo, introduciendo novedades”. Sin embargo, en el mundo del marketing y los negocios, este concepto es ampliado. Innovar se entiende como una idea o producto que consigue generar valor, volviéndose rentable y sustentable para la compañía, a la vez que cumple con su máxima de satisfacer las necesidades de los clientes.

No hay receta, pero hay ingredientes

El siguiente gran paso luego de saber qué es innovar es descubrir cómo hacerlo y es aquí donde empezamos a buscar ayuda. ¿Qué tengo que hacer? ¿A quién le tengo que preguntar? ¿A dónde voy? La cruel realidad es que, aunque todos quisiéramos que así fuera, no hay un camino “definitivo” hacia la innovación. Lo que sirvió para unos, no necesariamente es aplicable para otros, ya que elementos como el contexto social y económico, la reputación de la marca, la competencia, el mercado y muchos otros factores influyen y determinan si un intento de innovar triunfará o no.

No obstante, aunque no haya un paso a paso universal, hay ciertas bases que sostendrán cualquier intento de innovación y que ayuda mucho conocer. Adicionalmente, es bueno siempre recordar que no se tiene que innovar a gran escala para generar cambios significativos dentro de una compañía o en la sociedad. Pequeñas acciones pueden, sin lugar a dudas, ser la piedra angular de un cambio de realidad de grandes magnitudes.

Con esto en mente podemos empezar a revisar los 5 consejos esenciales para la innovación. ¿Listos para empezar?

Guía no definitiva para innovar

Primero que todo: ganas. El proceso para llegar a una idea ganadora y a una innovación exitosa es extenuante, lleno de giros inesperados y requerirá de suficiente tiempo y dedicación. Así que, antes de lanzarnos en paracaídas, asegurémonos de estar preparados para que el trayecto dure un poco más de lo que parece.

Guía no definitiva para innovar

Podrá sonar repetitivo, pero la realidad es que un problema correctamente identificado marca un Norte claro para todos. La innovación tiene que satisfacer una necesidad, cambiar una realidad, transformar un entorno. Para esto, primero se requiere conocimiento e identificación de sobre qué se quiere innovar. Empaque, estrategia, canal de distribución, presentación, ofertas, etc. todo se vale, siempre que su núcleo sea real.

Guía no definitiva para innovar

Un grupo pequeño siempre logrará tener mejor control sobre lo que sucede durante el trabajo: qué se está realizando, qué falta y quién está encargado de qué. Por otro lado, es bueno que cada miembro del grupo pueda aportar con un conocimiento, habilidad o talento diferente, de modo que se puedan analizar las cosas desde varias aristas.

Guía no definitiva para innovar

Cambia las metas: hazlas grandes, con visión. Cambia de ambiente: busca lugares y experiencias nuevas que te permitan enriquecer tu mente y fuentes de inspiración. Cambia de perspectiva: pregúntale a otras personas qué harían ellos frente a determinada situación, habla con amigos de otros campos, no te encierres en tu área de especialización y no te olvides del cliente y su feedback.

Guía no definitiva para innovar

Innovar puede salir muy bien y también muy mal. Hay que aceptarlo: también cuesta tiempo y dinero. Quienes logran determinar un porcentaje del presupuesto a la innovación ya dan el primer paso, la cuestión es cómo hacer para seguir caminando. Equivocarse está bien, pero es todavía mejor saber de qué maneras se pueden reducir los riesgos para ahorrar tiempo y recursos, garantizando así que se pueda continuar con el proceso y realizar más intentos a futuro.

Conociendo estos pequeños pero vitales elementos, finalmente no se debe olvidar que lo importante de un intento por innovar debe ser buscar la relevancia, saber mantenerse atento y preparado para los cambios. Las recompensas son grandes, así como las lecciones y el aprendizaje. Sin mencionar que lo mejor es que, detrás de una innovación, siempre viene otra más: es un ciclo de nunca acabar. Así solo queda definir cuándo comenzar.

¡Buena suerte, Insighters!

Thalie Ponce

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