¿Estás listo para el flexiworking?
Cinco días a la semana. De 9 am a 6 pm. 50 semanas del año. Así se establece el trabajo en muchísimas empresas, desde hace muchísimo tiempo. Pero, desde que los millennials se incorporaron a la fuerza laboral, esto ha cambiado un poco.
Esta generación, más que ninguna otra, valora su tiempo libre, su tiempo familiar, con amigos, etc. Además, domina la tecnología y sabe que puede realizar cualquier tarea que necesite en cualquier lugar y momento. Por lo tanto, no sólo desea tener mayor flexibilidad laboral, sino que la necesita. En caso de no tenerla, es muy fácil que este segmento se sienta desmotivado, se vuelva poco productivo y, eventualmente, abandone el trabajo en búsqueda de otro que sí le ofrezca esto que necesita. Porque esa esta es una de las características principales de esta generación: todo debe acomodarse a ellos. No al revés.
¿Qué es el flexiworking?
El flexiworking, flextime o simplemente, horario flexible, va mucho más allá de la flexibilidad laboral. Es la elasticidad del trabajo en todos los sentidos. Se abandonan los horarios fijos y se los reemplaza por aquellos que el trabajador elija, siempre y cuando cumplan con sus responsabilidades.
Tipos de horarios flexibles:
Cada empleado puede elegir sus horas de trabajo y distribuirlas como desee, pero debe cumplir con una o la combinación de estos componentes:
¿Cuáles empresas han apostado por el flexiworking?
Algunas de las empresas más grandes del mundo utilizan diferentes versiones del modelo flexiworking. Banco Santander, Novartis, Coca-Cola, Kellog, IBM, LinkedIn, Netflix, GAP, entre otras. Estas gigantescas y variadas compañías demuestran que el trabajo flexible no solo es una buena idea, es efectivo.
¿Cuáles son los beneficios del flexiworking?
Además de la productividad, el flexiworking busca la felicidad de los empleados. El objetivo es que estos puedan compaginar de una forma más efectiva su vida laboral con la personal. Y según los análisis realizados por el Banco Santander, los empleados se vuelven más eficientes y productivos cuando se les permite organizar sus propios horarios. El resultado final: mejor desempeño para la compañía.
Tips para implementar esta idea de manera exitosa
Si te preocupa que tus empleados se aprovechen de tu buena voluntad y pierdan el tiempo en lugar de estar trabajando, estos consejos pueden ayudarte a asegurar el éxito en este cambio.
- Las metas deben estar muy claras: Las metas deben ser específicas y orientadas a acciones que puedan realmente ser medidas al final de un periodo de trabajo. Y tanto tú como las personas que trabajen para ti deben estar de acuerdo sobre el alcance real del trabajo. Además, la forma de comunicar los resultados debe ser inequívoco. Por ejemplo: ¿quieres que detalles del trabajo o resultados sean comunicados por teléfono, a través de internet o en persona? ¿basta con un borrador y una llamada o necesitas un reporte muy pulido?
- El rol del empleado debe estar definido con exactitud: cada persona debe conocer las expectativas y responsabilidades del trabajo. También debe saber quién es responsable de qué parte del trabajo y a quién debe reportarle su progreso. Esto es esencial si las tareas se llevan a cabo fuera de la oficina y la comunicación se realiza vía mail o por teléfono. Si no están claros los roles de cada uno, puede haber confusión, culpa, antagonismo y falta de productividad.
- La frecuencia y tipo de comunicación debe estar claramente definida: la cantidad de control y contacto puede variar según el empleado o empleador. Lo ideal es tener una guía de cómo cada persona debe reportar su progreso.
- Es necesario que todos cumplan con ciertas horas comunes de trabajo: es importante que si alguien realiza su trabajo desde fuera de la oficina, tenga establecidas ciertas horas para ser contactado vía telefónica o mail. Además, es necesario que todos los empleados estén presentes en el mismo lugar durante ciertas horas para asegurar que todos se mantengan en contacto.
Durante Reinvention 2016 escuchamos a Aaron Dignan decirnos que el mundo se divide en dos: los que aún estamos diseñando sistemas de trabajo para lograr eficiencia y los que están diseñando para lograr adaptabilidad.
Según Aaron, para poder estar en el segundo grupo, tenemos que creer firmemente que la gente quiere y necesita trabajar; que es capaz de dirigirse a sí mismos porque tiene metas; que desea tener responsabilidades y disfruta cumplirlas; y que está motivada por el deseo de cumplir su propio potencial, bajo las condiciones correctas.
Entonces, no tengamos miedo de dirigir nuestras empresas y coordinar nuestro trabajo de maneras diferentes. Empecemos de a poco. Evaluemos cuáles departamentos podrían funcionar así, hagamos pruebas y encontremos la mejor manera de aplicar estas formas a nuestro trabajo.