Mente desordenada = mente creativa
Desde la época de Platón, artistas, filósofos y científicos han buscado la fuente de la creatividad. Y hoy en día, sigue siendo un fenómeno tan nebuloso y sorprendente para nosotros como lo fue para los antiguos. La inspiración parece ir y venir a voluntad, a menudo cuando menos la esperamos. Nos bloqueamos cuando más lo necesitamos.
¿Debemos simplemente declarar la creatividad algún tipo de regalo divino o súper poder que unos pocos afortunados poseen?
Aún no. Es posible que nunca obtengamos el panorama completo, pero los científicos están comenzando a descifrar el funcionamiento del cerebro creativo. Y la realidad es más compleja y fascinante de lo que jamás hemos imaginado.
Hasta hace poco, la creatividad era descrita como el dominio del hemisferio derecho del cerebro. De acuerdo con el mito del cerebro derecho / izquierdo, el «cerebro derecho» es creativo, romántico, poético y apasionado. El izquierdo, en cambio, es lógico, analítico y técnico. El problema es que esta definición sugiere que algunas personas son naturalmente creativas y otras no, según cuál lado de su derecho predomine.
La verdadera historia de la mente creativa es mucho más iluminadora e inclusiva que esta imagen limitada. En lugar de ser el dominio de una región o hemisferio en particular, la creatividad es un proceso de todo el cerebro.
La red de imaginación
El pensamiento creativo recluta a diferentes regiones del cerebro para manejar cada tarea y trabajar juntas como un equipo. Uno de los descubrimientos recientes más emocionantes en neurociencia cognitiva es el de la red de imaginación. Esta es responsable del pensamiento intencional y forma el núcleo mismo de la experiencia humana.
Los procesos asociados con la red de imaginación se han encontrado críticos para: el desarrollo de la compasión y empatía; la capacidad de soñar despierto y comprendernos a nosotros mismos; la capacidad de crear significado a partir de nuestras experiencias e imaginar nuestro futuro.
Pero la red de la imaginación no actúa sola para dar lugar al pensamiento creativo. También interactúa con los procesos de la red de atención ejecutiva. Esta, en cambio, nos ayuda a mantener el enfoque en la tarea a realizar, planear acciones futuras, utilizar diversas estrategias creativas y evaluar ideas. También sirve para enfocar nuestra imaginación, bloqueando las distracciones externas y permitiéndonos sintonizar nuestra experiencia interior.
El trabajo creativo armoniza nuestras contradicciones
La mayoría de la gente alterna entre la red de la imaginación y la red ejecutiva de la atención. Cuando están híper enfocados en el mundo, su flujo interno de conciencia es ignorado. Por el contrario, cuando se conectan con su ser interno, su atención ejecutiva es suprimida.
Sin embargo, la neurociencia de la creatividad sugiere que las personas creativas tienen una mayor conectividad entre estas redes cerebrales. Mientras que en la mayoría de las personas, estas tienden a trabajar en oposición. Este desorden de la creatividad refleja la complejidad de estas personas en la vida real. Tanto en el plano de la personalidad -que tiende a estar plagada de paradojas y contradicciones- como en el proceso, que a menudo es no lineal y experimental.
En pocas palabras, las personas creativas tienen mentes desordenadas. La inspiración se basa en una amplia gama de regiones cerebrales, estilos cognitivos, recuerdos, emociones, experiencias, influencias, rasgos de personalidad y fortalezas psicológicas. Y por esto, la creatividad surge de nuestras contradicciones.
Mantengamos la mente desordenada y las ideas fluyendo
Lo sorprendente del trabajo creativo es que reúne nuestras contradicciones y las armoniza. Así que la próxima vez que nos digan desordenados o nos señalen que algo que nos caracteriza no tiene sentido, deberíamos tomarlo con orgullo. Soñemos despiertos, reflexionemos, meditemos, colaboremos y lancémonos a nuevas experiencias. Quizás así podremos encontrar la inspiración que siempre andamos buscando.
