Estamos persiguiendo nuestra propia cola

 Estamos persiguiendo nuestra propia cola

Al igual que las personas en redes sociales, las marcas responden a los comentarios positivos. Los me gusta, clicks y otras medidas impulsan el contenido que las marcas crean. Son métricas fáciles de acceder, entender y usar. ¿El problema? Nos estamos atascando en un comportamiento repetitivo e inútil.

Subimos una foto a Instagram, recibimos feedback positivo y lo marcamos como “una estrategia ganadora”. Esto nos lleva a crear otra imagen (o un video, esta vez) similar a la que ya tuvo éxito. Básicamente estamos inventando el agua tibia mes a mes.

La cegadora luz de la data

Muchas plataformas brindan acceso a flujos de datos fantásticos. Sin embargo, la abrumadora cantidad de información crea limitaciones artificiales para el crecimiento de la marca.

El seguimiento de todos los datos es ridículamente complejo, lo que empuja a muchos a centrarse en lo poco que pueden entender y utilizar. Los comportamientos del consumidor que se pueden medir en la parte superior del embudo tienen un gran peso, a pesar de ser menos impactantes.

Visión de túnel

Las marcas se concentran en el 90% del tablero que representa su audiencia actual. Llegan a ellos de la manera más eficiente posible para ganar un me gusta o compartir. Y en esta gratificación inmediata de conectar con un target conocido, es difícil recordar el beneficio de encontrar nuevas audiencias.

¿Qué sucede cuando solo hablas con personas a las que les gustan tus 10 imágenes de perritos? Pues, creas la misma acción una y otra vez y mantienes una audiencia del mismo tamaño. El objetivo del juego, en cambio, debería ser el crecimiento: de la distribución, de los clientes y de las ventas.

Un nuevo norte

Cuando creamos contenido para personas de ideas afines a las nuestras, no estamos haciendo un gran esfuerzo para ganar a los consumidores de nuestros competidores. Estamos persiguiendo gustos de las personas que están de acuerdo con nosotros.

Las ideas que creamos, las tácticas, el lenguaje que usamos en redes sociales cuando intentamos reclutar nuevos clientes es muy diferente a la forma en que nos comunicamos con los clientes existentes. Y debemos encontrar un equilibrio.

Pesantes Denise

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