El nuevo desafío de las empresas ecuatorianas
Grandes, medias y pequeñas empresas enfrentan un nuevo reto, se trata de la implementación del Manual de Buenas Prácticas de Manufactura (BPM). Ellas tendrán que adaptarse a un cronograma que se desarrollará hasta el 2017, sin embargo este año el cambio empezará por las grandes y medianas compañías que estén relacionadas con la elaboración de cereales, conservas y alimentos listos para consumir.
Uno de los principales obstáculos de esta normativa es que no todas las empresas cuentan con el capital para realizar los cambios debidos en sus infraestructuras con el objetivo de garantizar la calidad de lo que se produce. Y este punto podría acentuarse cuando sea el turno de las pequeñas empresas el próximo año.
Entre los puntos más destacados de este manual se encuentran:
- Personal: Vestimenta adecuada para asegurar la calidad de los productos.
- Instalaciones: Para evitar problemas por insalubridad.
- Distribución: Los transportes tienen que asegurar la calidad del producto.
- Equipamiento: Emplear utensilios que no posean materiales tóxicos y que resistan procesos de limpieza.
- Control de Calidad: Métodos de limpieza afectivos.
Insights conversó con Karla Almeida, Asesora de Proyectos en la Cámara de la Pequeña Industria del Guayas, para que nos comente su opinión acerca de este tema, realmente importante.
En su opinión, ¿cómo o por qué nace este manual? ¿Bajo qué contexto se crea?
El manual de las buenas Prácticas de Manufactura se crea bajo el contexto de mejorar la calidad y competitividad de las empresas.
En breves palabras, ¿cuál es el objetivo del mismo? ¿A quién o quienes busca proteger?
Obtener productos higiénicamente procesados para el consumo humano, en donde los ejes principales sean las metodologías utilizadas para el control y manejo de: materias primas, procesamiento, producto terminado, higiene del personal, control de plagas, manejo de residuos, mantenimiento de instalaciones, equipos y utensilios, buscando proteger al consumidor final que en este caso sería la población del Ecuador.
¿Cuáles considera que han sido los puntos más sensibles o fuertes de esta nueva normativa?
El punto más sensible para el empresario es cambiar la mentalidad de sus empleados, ya que muchos de estos no trabajan bajo un manual de indicaciones de calidad, realizando un trabajo empírico, que muchas veces contaminan el producto.
El punto más fuerte de la normativa está en el tener que invertir cambiando la infraestructura de su empresa, representando un gasto que muchas veces nuestros pequeños empresarios no tienen convirtiéndose en el mayor problema para poder llevar la implementación de las BPM.
Pero del otro lado de la balanza, las autoridades están teniendo un mayor control sobre la salubridad en los productos alimenticios, lo que ha conllevado a que nuestras empresas mejoren sus estándares de calidad lo cual les otorga ventaja y competitividad al momento de llegar a mercados del extranjero.
