El Semáforo: blanco de cuestionamientos
Hace poco más de un año, una foto circuló por todas partes. Sin duda, está alojada en la carpeta de Media en uno de sus quinientos grupos de chat de WhatsApp. En la foto, una persona compara los semáforos en el reverso del empaque de un yogurt y una gaseosa. ¿Adivinen qué producto tiene -al menos en la foto- el semáforo en rojo? Exacto, el yogurt. Parece chiste. Y uno de esos muy malos.
Fuera de los datos que revelan que el consumo de gaseosas en el Ecuador es más alto que el de leche, aguas embotelladas y yogurt (que por supuesto, no representa ninguna sorpresa para nadie), esto no se trata de discutir qué es mejor que qué. Es mucho más sencillo todavía.
Desde el 2014 y en la afanosa búsqueda del Buen Vivir, se decretó que los productos de consumo tenían que mostrar en sus empaques un semáforo. Este delimitaba tres categorías: azúcar, sal y grasa. El color que aparece junto a cada variable marca si la cantidad es ALTA, MEDIA O BAJA.
Cero sutilezas.
Y es que quizás nos lo merecemos. Las estadísticas son difíciles, resulta que el 32% de la población escolar de 5 a 11 años tiene sobrepeso, mientras que en los adolescentes entre los 12 y 18 años el número es 26%.
Específico y aterrador.
El resultado: productos y categorías clave para la alimentación de los ecuatorianos han reducido sus ventas debido a que tiene uno o varios de sus puntos del semáforo están en rojo. Mientras tanto, -en algún laboratorio subterráneo- alimentos y bebidas -que viven en un espacio de indulgencia más que de nutrición- están tranquilos, porque sus semáforos ahora están en verde.
La química es maravillosa y permite hacer combinaciones extraordinarias. ¿Cuándo fue la última vez que revisaste el semáforo de una gaseosa o una bebida tradicionalmente azucarada? Te invito a que lo hagas hoy mismo y descubras que el semáforo está incluso en cero. Si es tal la innovación y estos productos y bebidas son ahora «mágicamente» inocuas, ¿por qué nadie hace una fiesta de esto? ¿Por qué nadie dice nada? Quizás es porque no son tan buenas noticias.
Sin afán de exagerar, si no tiene azúcar, ¿qué tipo de edulcorante artificial tiene? Respuesta: (en muchos de los casos) aspartamo, el polémico ingrediente debatido en el mundo de los mortales, y en el científico con durísimos cuestionamientos.
Googlea aspartamo, te reto.
Ahora bien, mientras extremistas satanizan apasionadamente al azúcar y al gluten, el resto de Ecuador quiere entender cómo aprender a comer y a combinar los alimentos. A veces más saludable que otras, es como todo en la vida, una cuestión de balance. Eso es todo. Ya estamos como grandecitos para no poder conversar con formalidad de temas como estos, en bien de nuestra comunidad.
Alguien tenía que decirlo, y alguna marca tiene que atreverse a enfrentarlo.