Creatividad intencional: 3 pasos para CMO
La tecnología ha hecho maravillas para la práctica del marketing. Ha refinado, dinamizado y eliminado la conjetura de algunas áreas antes nebulosas de la industria. Pero la necesidad de apoyar ideas con datos ha obligado al marketing a alejarse de sus raíces: el arte de la creatividad.
Ninguna innovación ha salido de un territorio probado. La data es importante, pero no permite cambiar las reglas. Para ser disruptivos, necesitamos que los CMO sean lo más creativos posible.
Es más fácil decirlo que hacerlo, claro está. Pero lo bueno, es que la creatividad existe en todas partes y cualquiera puede ponerla en uso. Es cuestión de práctica.
El primer hábito que debes cultivar es el de darte cuenta de las cosas. Sintonízate con lo que sucede a tu alrededor y cuando sientas una sensación de ajuste, pregúntate por qué. Es cuestión de mirar tu entorno de una manera más dedicada y decidida. Absorbe detalles en los que antes no te fijabas y conéctalos de una forma nueva.
Es importante aprender a detener todo y pensar. Haz las cosas con un propósito claro, aunque eso te obligue a hacerlas sin saber cómo van a resultar. La pausa puede tomar cualquier forma, ya sea un momento de silencio solo con tu entorno o unos minutos para preguntas abiertas en medio de una reunión. Así puedes incrementar las probabilidades de encontrar accidentalmente una idea revolucionaria.
Debemos entender que los avances creativos son producto de la suerte propia. Si estás esperando a que la inspiración llegue a ti, deja de hacerlo. Investiga, desarrolla estos hábitos y práctica constantemente. Son pequeñas cosas como estas, combinadas, las que aumentan las probabilidades de encontrar ideas con mayor facilidad.
En resumen, los CMO que buscan cultivar su creatividad harían bien en primero aprovechar una característica definitoria de los líderes de marketing: su sentido innato de la curiosidad. Las buenas ideas surgen a través de accidentes con propósito. Decídete a crear algo nuevo y lo harás.