Agencias que adoptan mentalidad de start-up
En ocasiones, al trabajar con agencias tradicionales, las marcas se encuentran con procesos que entorpecen más de lo que benefician, personas cargadas de trabajo y fórmulas creativas que sacrifican las buenas ideas en búsqueda de una aprobación rápida.
Por estos y otros factores se ha dado un movimiento en la industria: agencias que buscan trabajar a la medida de cada cliente. ¿Cómo? A través de una mentalidad ágil, adaptable y muy humana.
Para entender mejor esta tendencia, conversamos con Juan Pablo Álvarez, VP Creativo de Ogilvy Colombia y fundador de REDNET. Esta organización nació como un sistema centralizado para darle servicio a Coca-Cola en toda la región (32 países). En el caso de Ecuador, se volvió agencia hace más de un año y hoy ha crecido de forma independiente a Ogilvy Colombia, trabajando adicionalmente para MasterCard, Tostitos y CNT.
“Lo interesante de esta agencia es que si bien tiene el respaldo de un gigante como Ogilvy, tiene una filosofía de start-up en su manera de operar y en el producto creativo”.
Él nos explica, en exclusiva, por qué las agencias de cualquier tamaño deberían pensar como start-ups.
¿De qué manera beneficia a las agencias tener este pensamiento de start-up?
El pensamiento debe ser: ¿cómo logro ser más eficiente? Eso hacen las boutiques creativas para competir con las agencias grandes, por ejemplo.
Hoy las agencias de siempre compiten con YouTubers, con boutiques. No podemos pararnos en un podio, decir “tengo el nombre de un señor famoso en la puerta de entrada” y pensar que eso será suficiente. Debemos pensar cómo usar eso en el mundo actual.
La ventaja que tienen las agencias grandes es que ya cuentan con un conocimiento y know-how que han adquirido durante años. Esto permite entregarle un mejor producto al cliente, siempre y cuando se analice el sistema de trabajo y se innove sobre él.
¿Cómo pueden innovar las agencias en dirección a ese cambio?
Es importante darnos cuenta de si estamos trabajando sobre muchos silos o si hay una estructura piramidal que entorpece la creación de ideas. Debemos cambiar los procesos que no funcionan más.
Esto no quiere decir que tenemos que botar todo a la basura, pero debemos adaptarnos al mundo de hoy. Lo más importante es pensar en el proceso que le sirve más al cliente, no a la agencia.
¿Qué características podemos adoptar de las start-ups?
Lo primero que tenemos que copiarles es la característica humana. Las agencias grandes tenemos que dejar de creernos la gran cosa por lo que hemos hecho históricamente y empezar a trabajar con humildad. Solo así podemos convertirnos en el aliado estratégico del cliente.
Segundo, eliminar cargos o roles que hoy son obsoletos. Un ejecutivo de cuentas debe ser alguien que aporte al bottom line del negocio del cliente, que sepa de estrategia, que identifique oportunidades. Alguien que reenvía mails y saca almorzar al cliente, era perfecto hace 30 años, pero ahora ya no sirve de nada.
Lo mismo pasa con los creativos. Alguien que piensa que está para presentar ideas muy locas y muy creativas, está perdido. Hoy un redactor o director de arte debe saber tanto del negocio como su cliente, debe entender de participación de mercado.
Tercero, cambiar la forma de trabajo y hacerlo más ágil. Podemos utilizar herramientas que nos permiten ser más eficientes, que nos ayuden a eliminar reuniones innecesarias y mantener solo aquello que ayude a sacar un proyecto al aire más rápidamente.
Las agencias tienen un desafío muy exclusivo para su negocio. Siempre deben estar a la vanguardia de todo. Con la cultura que las start-ups han creado, debemos evolucionar y a veces, eso significa nadar contra la corriente que conocemos.