Transforma tus reuniones al estilo Silicon Valley
Las reuniones de equipo típicas se enfocan en planear lo que está por venir: un próximo proyecto, los principales objetivos y métricas del próximo trimestre y las expectativas de progreso. Pero hay una alternativa simple, centrada en revisar el pasado inmediato, que puede cambiar la forma en que tu equipo trabaja para mejor.
¿Qué es una «retrospectiva»?
Es un concepto realmente simple, popular entre los equipos ágiles de ingeniería de software. Una «retrospectiva» es una reunión cuyo objetivo es reflexionar sobre el progreso realizado o perdido.
A diferencia de la reunión semanal promedio, cuyo enfoque tiende a estar en el presente o futuro, las retrospectivas se toman el tiempo para mirar hacia atrás antes de avanzar.
Es una conversación estructurada para identificar obstáculos recientes y eliminar otros similares del camino a seguir. Además ayuda a crear un diálogo continuo sobre qué está funcionando bien y qué podría ser mejor.
¿Cómo funciona?
Una retrospectiva puede tomar muchas formas, dependiendo del objetivo. La más simple (y usualmente la mejor) es plantear tres preguntas, una vez a la semana:
- ¿Qué salió bien esta semana?
- ¿Qué pudo haber sido mejor?
- ¿Qué deberíamos duplicar o probar la próxima semana para mejorar nuestro trabajo?
Para temas particularmente tensos, puedes seguir esta guía:
Comienza la conversación explicando por qué todos están aquí
Motiva al equipo a pensar en esto como una oportunidad de aprendizaje para ayudar a todos a trabajar mejor juntos. Alienta el pensamiento objetivo, la conversación respetuosa y la suposición inicial de que todos los comentarios son valiosos y todas las ideas son buenas.
Da tiempo a cada miembro para pensar en las tres preguntas:
Deja que cada persona piense en lo que salió bien, lo que no salió bien y lo que podría ser mejor. Puedes compartir las preguntas con anticipación y alentar al equipo a reflexionar y llegar preparados. Otra posibilidad es realizar todos juntos una lluvia de ideas para cada pregunta.
Despeja una hora
Dedicar 60 minutos te da tiempo suficiente para realmente profundizar en los comentarios de todos. Esto es importante porque muchos de nosotros ignoramos instintivamente los problemas y enterramos cómo nos sentimos realmente.
Intenta dividir tu hora así:
- 15 minutos para discutir qué salió bien
- 15 minutos para profundizar en lo que podría ser mejor
- 15 minutos para intercambiar ideas a probar
- 15 minutos para decidir pasos a seguir en la siguiente semana
Asegúrate de que todos se vayan con un trabajo por hacer
Las mejores retrospectivas son accionables, así que asegúrate de irte con algunos compromisos concretos (¡pero no más de tres!) Asigna responsables para dar seguimiento a cada uno y define cómo se determinará su eficacia.
Cuando las cosas marchan bien, las retrospectivas semanales son un buen momento para celebrar lo que funciona, reconocer el buen trabajo y las contribuciones de los demás, y explorar cómo subir de nivel aún más. Cuando las cosas marchan mal, son un gran ejercicio para fortalecer las relaciones y lograr que cada miembro del equipo desempeñe un papel directo en las soluciones. Sea cual sea tu situación, es una buena oportunidad para mirar hacia dentro y mejorar.