Mónica Herrera: «la pasión es la clave para lograr nuestros propósitos»
Con más de 40 años de experiencia como docente e investigadora, Mónica Herrera es la creadora y fundadora de la Escuela de Comunicación que lleva su nombre en Chile, Ecuador y San Salvador. Además, es periodista, magíster en Comunicación Social y doctora en Educación.
Su aporte en la comunicación y publicidad ha sido clave para convertirla en un referente de la industria. Tiene su propia metodología, el «aprender haciendo», que se aplica en todas sus escuelas.
En exclusiva y aprovechando su visita al país por los 25 años de la Universidad Casa Grande, conversamos con Mónica. Nos contó más sobre su experiencia, sus filosofías de vida y cómo nace la Facultad de Comunicación Mónica Herrera en Guayaquil.
1. La Escuela de Comunicación Mónica Herrera nació en Chile en 1979 y en 1992, abrió su extensión en Ecuador, convirtiéndose en el mayor referente creativo del país. ¿Cuáles eran tus expectativas hace 25 años y cómo éstas se han cumplido hasta el día de hoy?
Yo no tenía expectativas. Porque para mí, el crear la escuela y hacer la extensión de la escuela, es como estar embarazada. Yo estaba embarazada de la escuela.
Y cuando estás embarazada tienes solo una expectativa: que tu hijo sea sano.
¿Y cómo se ha desarrollado? Al igual que todos los niños: una maravilla. Porque poco a poco, descubres todo lo que puede hacer.
Por lo tanto, hay emoción y celebración. Me encanta que acá trabajamos mucho en la diversidad y eso se ve reflejado en el manejo.
2. La metodología Mónica Herrera propone el “aprender haciendo”. ¿Cómo crees que procedimiento ha sido clave para el éxito detrás de tus escuelas de comunicación y cómo los estudiantes se han visto beneficiados?
La metodología es la clave del éxito.
Y tengo una anécdota sobre cómo surge la metodología. Yo tuve una pésima experiencia siendo estudiante de secundaria. A los 5 años me echaron del colegio (de monjas) y lo hicieron porque yo quería jugar. Ellas me decían que era hora de rezar pero no. Yo quería jugar. Entonces me expulsaron.
Eso me hizo pensar que debía haber una manera distinta de enseñar, que no sea autoritaria, rígida y triste. Y si se fijan en los niños pequeños cuando juegan, se ríen al mismo tiempo que aprenden.
Cuando partimos en Chile, habían padres que tenían 3 hijos seguidos: uno estudiaba derecho, el otro economía y el último, estudiaba en nuestra escuela. Cuando los padres les preguntaban cómo les fue el de Derecho decía que bien pero un poco complicado, porque tenían derecho romano; el segundo también afirmaba que bien, pero tenían clases de Finanzas. Y la respuesta del tercero era: bien, hoy jugué.
Y los padres se asustaban e incluso se preguntaban si mi escuela era seria. Y rápidamente, se dieron cuenta de los cambios en su hijo.
Porque si tú no reflexionas a raíz de una experiencia lúdica, no hay aprendizaje. De esta forma, salen al mundo a resolver problemas reales.
3. A lo largo de tu carrera profesional, has recibido múltiples distinciones y te has convertido en un referente en el ámbito publicitario, de comunicación y de educación. ¿Cuál crees que ha sido la clave para lograr todo lo que te has propuesto?
Definitivamente, la pasión. Cuando tú tienes que tomar una decisión en tu vida, cualquiera: si vas a aceptar una oferta de trabajo, si te vas a casar, siempre pregúntale a tu corazón.
Si sientes alegría, la respuesta es sí. Si no sientes alegría o estás indeciso, la respuesta es no. Eso hago yo.
No es racional, es emocional. La emoción y el amor no mienten nunca.
4. La Facultad de Comunicación Mónica Herrera de la Casa Grande se ha convertido en el espacio ideales para los futuros creativos y emprendedores, que hacen que las cosas pasen. ¿Cuáles son tus expectativas para esta facultad? ¿Cómo definirías el manejo de la Escuela aquí en Ecuador?
A mí me encantan las personas que quieren cambiar las cosas. Hace unos días, en un evento, una chica se me acercó y se presentó. Me dijo que trabajaba en la Asamblea Nacional, que iba a ser política y Presidenta de este país. Eso es justamente lo quiero.
Y en cuanto al manejo, al igual que con un hijo. Cuando es pequeño, estás pendiente de él en todo momento. Pero a medida que crece, lo dejas florecer y ser libre. Y sabe perfectamente lo que tiene que hacer.
Y tengo una anécdota de cómo nace la escuela aquí en Ecuador. Un día en Chile, mi secretaria me informa que una señora ecuatoriana que había llegado a dejar a su hija estudiando, pero solicitaba hablar conmigo.
Enseguida pensé que si yo enviaría a mi hija a estudiar a otro país, también quisiera hablar con la persona a cargo. Así que la hice pasar. Y la madre de familia era Marcia Gilbert de Babra.
Estuvimos conversando y me di cuenta que ella era una educadora, con la misma pasión que yo. Así que le pregunté por qué llevaba a su hija en Chile, fuera de su país.
Dos años después, estábamos abriendo Mónica Herrera en Guayaquil. Nada es tan complicado. Solo tienes que creer.
5. Has dicho que “tu misión en la vida es seguir educando hasta el día en que te mueras”. ¿Cómo ves a la Mónica Herrera del futuro y cuáles son sus siguientes planes y metas por cumplir?
Yo tengo una creencia y es que, en algún lugar antes de nacer, tú eliges a qué vienes. Eliges quiénes van a ser tus padres y cuál va a ser tu misión en este mundo.
En este momento, doy clases en la Universidad Adolfo Ibáñez en Chile, una universidad de negocios muy prestigiosa. Y hago posgrados a los empresarios. Y yo siempre parto haciendo el mismo taller: los pongo de pie, hago que se coloquen frente a alguien que no conocen y que se presenten. Luego, les preguntó cuánto tiempo llevan estudiando juntos y normalmente la respuesta es meses.
Y al darse cuenta que no se conocían hace tanto, entienden lo que es central e importante en la comunicación. Así, ellos reflexionan de la experiencia.
