Eventos masivos, experiencias únicas
Para las marcas es importante estar donde se encuentre la acción. Durante eventos tan masivos, donde hay espectadores prestando atención 24/7, surgen oportunidades que no pueden ser desaprovechadas.
Durante los Juegos Olímpicos Río 2016, por ejemplo, hubo más de 7.000 especialistas en sonido e imagen y más de 1.200 reporteros trabajaron incansablemente para transmitir los eventos. Al final del día se produjeron más de 7.000 horas de contenido que fueron vistas (durante un mínimo de 30 minutos) por más de 5.000 millones de personas a través de la televisión o su teléfono celular. ¿Qué hizo tu marca para ser parte de este momento?
Hay muchas que toman la ruta tradicional: derechos de transmisión, auspicio del evento o de los competidores, mientras que otras no hacen nada por miedo a los grandes costos que estas actividades implican.
La buena noticia es que Las Olimpiadas no son el único evento de este tipo. Anualmente se dan muchas oportunidades como esta y por eso, te presentamos tres ideas que podrías considerar para la próxima ocasión.
Personalización de la transmisión
Uno de los aspectos clave, que define los ingresos de las Olimpiadas, es la adquisición de derechos de transmisión. Este año, este rubro ha representado más de 3.500 millones de dólares de ingresos para Río 2016, siendo los auspiciantes la mayor fuente de ingresos.
Sin embargo, una tendencia que se ha visto este año es la selección de eventos a ser transmitidos. Ciertas cadenas de televisión en China determinaron que sus espectadores querían ver principalmente las pruebas en las que participaban sus campeones y por esto, compraron los derechos únicamente de estos. Junto a este deseo incrementa el rating del canal y los ingresos publicitarios; por lo cual no es necesario transmitir el evento entero, solo aquello que a tu público le interesa.
Interacción digital
Hoy en día, todos los eventos masivos se comparten a través de la web. Las Olimpiadas de Río son evidencia de que la visualización por Internet es tan importante como la de las cadenas de televisión.
En estas competencias se comparten miles de imágenes que llegan a una cantidad enorme de personas, cuyo tiempo es dedicado a generar conversaciones alrededor de las mismas. En un momento en el que todos están pensando y hablando de lo mismo, las marcas pueden lograr conexiones de suma importancia si se mantienen a la delantera de su competencia.
Tal es el caso de The Boy Who Learned to Fly, corto desarrollado por Gatorade sobre la vida de Usain Bolt. Esta marca, a pesar de no ser auspiciante oficial del evento, supo aprovechar la imagen de este icónico competidor para generar un storytelling capaz de alcanzar más de 11 millones de reproducciones en Youtube.
https://www.youtube.com/watch?v=6b03jWW70kc
Aumento de la experiencia
La tecnología ha brindado grandes avances en los últimos años y en esta ocasión se ha demostrado que vivir la experiencia de los Juegos Olímpicos no consiste únicamente en viajar al destino donde se llevan a cabo.
La cadena japonesa NHK transmitió en una sala de cine, en formato 8K (una definición 16 veces superior al HD actual) algunas pruebas, dando realmente la impresión de que uno se encontraba dentro del estadio.
En otra sala, utilizó realidad virtual para “transportar” a los espectadores a la competencia. Un Smartphone, alimentado por múltiples cámaras en la piscina olímpica, da la posibilidad de girar la cabeza y ver a otros entusiastas a un lado, a los nadadores al otro.
Este tipo de eventos mueven cantidades enormes de dinero y la inversión que las marcas realizan para ser parte de ellos generalmente rinde frutos. Sin embargo, no siempre es necesario invertir grandes sumas de dinero para ser parte de los eventos más grandes del mundo. Sólo es necesario pensar en el consumidor y ofrecerle algo que nadie más pueda darle, porque es evidente que hoy las pantallas nos acercan cada vez más a todo aquello que queramos vivir.