Un perfume para recuperar el aire puro de Quito
Imagina que caminas por una calle repleta de autos. Cada uno de ellos expulsa CO2 y llena tus pulmones de un olor desagradable pero conocido: smog. Ahora, ¿y si llevaras esa fragancia impregnada en tu piel y ropa todo el día?
La Vicealcaldía de Quito, junto a la agencia Santuario, propone precisamente eso con su campaña #SoyElAireDeQuito. Para lograrlo, desarrollaron un producto cuyo empaque tiene apariencia de un tubo de escape y en su interior, un perfume con el olor más fétido y tóxico posible. “Un perfume para que los quiteños dejemos de usarlo”, aclara Chicho Villalba, Director Creativo detrás de la idea.
Mira el caso a continuación:
“El aire es un intangible y eso causa un problema: nadie se hace cargo de él”, menciona Chicho. Pero como la contaminación es real en esta ciudad, “la Vicealcadía de Quito está impulsando una ordenanza mucho más estricta y en donde se permite a la ciudadanía denunciar a los que contaminan”.
Una vez creado el producto, la agencia decidió llevarlo a las calles y dejar que la gente lo pruebe “para tangibilizar el problema y hacer que las autoridades del consejo municipal aprueben la ordenanza, lograr que la ciudadanía participe activamente y que los medios expandan el mensaje”.
«Tiene mal olor», «Huele terrible», «Cloaca» o «Feísimo», son algunas de las reacciones que la fragancia produce. Y aunque no es el primer uso innovador del smog en el mundo, este caso sin duda logra llamar la atención sobre un problema que muchos ignoran. Y eso en sí es un gran paso hacia la solución. Tanto así, que “Las autoridades están por dar aprobación a la ordenanza y colectivos, grupos ambientalistas, se están sumando a la campaña”, agrega Chicho. ¡Definitivamente es una acción positiva que debe ser celebrada! ¡Un aplauso!